Discutido ya, en tesis general, el tema de la Urbanización de Córdoba, con motivo de la reciente información pública municipal, y estimando que el asunto es de interés general, ya que las condiciones de salubridad de la ciudad en que vivimos tanto influyen en nuestras personas, vamos á tratar aquí un punto concreto, interesante como todos: el de la urbanización, saneamiento y reforma del Campo de la Verdad.
He aquí una descripción sobria de este barrio, hecha descarnadamente, como es preciso, para conocer la necesidad y urgencia del remedio.
Al Sur de la ciudad, unido a ella por un magnífico puente, yace este suburbio de 130 casas, ocupando unas catorce hectáreas de terreno limitado por la curva elíptica del río en la mitad de su perímetro y el resto por la red de carreteras y caminos que convergen en la ciudad y alguna huerta que indica el comienzo de la Campiña.
El subsuelo está infectado por los pozos negros y estercoleros que contaminan hasta las aguas de sus pózos, usadas para beber.
El suelo de sus calles es también terrizo con desniveles que producen la detención de las aguas pluviales meses enteros del año, formando charcas infectas que son cultivo eficaz de gérmenes palúdicos.
Las calles no están sometidas a un trazado racional ni planimétrico niltimétrico, alineándose las fincas unas con otras a capricho, Como en los tiempos primitivos, como en las aldeas.
Las casas son de construcción y distribución rudimentaria y en sus locales se busca más la comodidad de las bestias que de las personas.
No hay idea de principio higiénico.
La Iglesia, en su plaza central, tiene cementerio anejo todavía y allí sigue enterrándose a los vecinos, como en los tiempos medioevales.
Para Espuela sirve una habitación cualquiera de una casa particular sin condiciones higiénicas ni pedagógicas de ningún género.
Como barrio pobre hay plétora de chiquillos, aunque mueran la mitad de los que nacen y el resto se crien insanos, y allí juegan con los pies descalzos sobre las charcas sucias, unos; se revuelcan con los cerdos, que hociquean la yerba al aire libre, otros; husmean, estos, en los montones de estiércol y basura; apedrean perros aquellos…
Los mayores no tienen más sitio de recreo que la taberna, ni conocen más diversión que el juego, o la bebida, ya que pocos saben leer.
Las basuras de la ciudad se vierten en un extremo de este barrio y sobre ellas hay alguna choza habitada y se recrían pavos y otros bichos.
Rodeado el barrio del Guadalquivir caudaloso, el agua se desliza inútil sin fertilizar un árbol, ni dar vida a un jardín. No hay un lavadero, no hay baños. El líquido, que es mina de belleza y de bienes materiales, sólo horrores ha inspirado en el barrio que ha visto desaparecer una calle entera en varias de sus sucesivas avenidas.
¿Es que este lamentable estado de cosas es irremediable, a no ser a costa de grandes dispendios?
Nada de eso.
Aunque con la concisión que exige la dimensión de un artículo periodístico, vamos a anotar los extremos principales que habrán de comprenderse en un Plan de urbanización del barrio, haciendo de paso algunas consideraciones sobre su coste:
1º – Ante todo aquella ribera del río y los sitios hondos del campo necesitan ser poblados de árboles, entre los que deben abundar los eucaliptos. Sería el Complemento más eficaz y definitivo de la defensa que se está haciendo de la margen izquierda; transformarían en salutíferos aquellos contornos; crearíase en pocos años una riqueza arbórea de gran valor; se hermosearía el sitio y se daría más bellas vistas á la ciudad.
El coste de los planteles es bien pequeño, para el municipio insignificante, ya que seguramente los viveros del Estado contribuirían; y aunque tuviera que adquirir los eucaliptos, el millar de eucaliptos globulus ó rostrata no vale más que 40O pesetas.
Pero si aún quisiera evitarse estos pequeños gastos reproductivos, por el artículo 57 de la Ley de Aguas, puede reclamarse que los haga la Administración del Estado.
2º – Debe planearse un trazado racional para la reforma y ensanche del Barrio, e iniciar las obras.
Se presenta en este conglomerado urbano el caso curioso de haber formado espontáneamente un sistema viario radial, hoy tan preconizado.
A su Plaza de la Iglesia como centro concurren la Acera de Granada, la calle Rinconada, la de Miraflores, la de Jesús, la de Martín López y la Acera del Arrecife unidas por otras transversales.
Este trazado debe conservarse, perfeccionarse y sobre todo completarse con la parcelación del espacio comprendido entre el río al Sur y la carretera de Madrid a Cádiz al Norte, la Plaza de la Iglesia y el cordel de la Mesta, que necesita regularizarse.
El proyecto, suponiendo que se hiciera independiente del de alineación y ensanche de la población, podría estudiarlo la Oficina técnica Municipal, con lo que resultaría gratuito.
En cuanto a las obras de urbanización, podrían dedicarse las 60.000 pesetas que, hipotecando los 30.000 metros de solares edificables que a favor del Municipio quedarían, podría obtener el Ayuntamiento.
Esta hipoteca se pagaría pronto vendiendo solares que habrían de aumentar mucho de valor al sanear y embellecer el Barrio y cuando el Municipio empezara a darle estimación elevando algún edificio, la Escuela, por ejemplo. Contribuiría también a hacer apeticibles los solares, la aplicación de los beneficios de la Ley de saneamiento y mejora de las grandes poblaciones (exenciones tributarias por veinte años a los edificios que allí se construyan, dispensa de los derechos reales y de timbre a las trasmisiones, etcétera).
Y, si no de otro modo, podría fomentarse la construcción favoreciendo la formación de una cooperativa de construcción de casas que transformara aquel barrio en poco tiempo en una pequeña ciudad jardín.
3º – Uno de los edificios, que imprescindiblemente debe elevar en este Barrio el Municipio para cumplir un deber moral con ese centenar y medio de vecinos, es una Escuela, para niños y niñas, en una de las más amplias manzanas que en el proyecto de urbanización resultara, haciendo un edificio económico sí, pero que no careciera de amplio jardín buen campo de recreo, su gimnasio y sus baños.
Podría reducirse al mínimo la parte edificada, tendiendo a hacer de esa Escuela un jardin de la infancia, una Escuela del bosque, respondiendo a esas tendencias pedagógicas modernas que propagan la enseñanza al aire libre.
Establecer este servicio docente costaria, claro es, algo más que las 2.130 pesetas que por sueldo de dos maestros, material y locales abona hoy el Municipio, pero tendría una eficacia de que hoy carece.
Y es hora ya de convencernos de que esto de despertar y encauzar inteligencias es lo más reproductivo, lo más provechoso y fecundo, que puede realizar un Muincipio.
Las Escuelas han transformado en ricos y prósperos los pueblos que admiramos en otros países.
Debe además pensarse que aquel Barrio necesita que se le faciliten otros servicios administrativos, culturales, de beneficencia etc.
4º – Debe cumplirse radicalmente, con las modificaciones que imponga la profesión agrícola de la mayoría de los vecinos del Barrio, las disposiciones de policía urbana; vigilando la instalación de cuadras, gallineros, etc; no permitiendo los depósitos de pienso en las cercanías; enseñando coactivamente a transformar los pozos negros en fosos sépticos, cuyas aguas ya inmunizadas podría emplear para abonos, y en tanto no se construyera la sencilla red de alcantarillado que se requiere.
Las basuras deben aprovecharse como se hace en otros países, dejando además de ser foco de infección.
El cementerio debe clausurarse.
Las vidas humanas que habrían de salvarse representa mucho más valor que el ínfimo que supone las reformas indicadas.
Estos son, esquemáticamente perfilados, los puntos principales que debe abarcar el Plan de urbanización del Campo de la Verdad.
Creo haber demostrado cuan necesario es; el poco gasto que representa, tranformar este suburbio insalubre y feo en un apacible paraje, bello y sano.
Brindamos la idea a la nonnata Junta de saneamiento y reformas de la ciudad de Córdoba.
Dejar una respuesta