Al Gobernador civil
Hace varios días se nos dijo, pero nosotros nos resistirnos a creerlo, que en la corrida que mañana se ha de celebrar en nuestra plaza de toros había de tomar parte como lidiador un desdichado que tiene perturbadas sus facultades mentales y que, a causa de esta horrible desgracia, es el hazme reír de las gentes de escaso sentimiento y mal corazón.
Posteriormente a esta denuncia, digámoslo así, que se nos hiciera, ha llegado a nuestro poder un prospecto, anunciando la corrida, y en él vemos que, en efecto, figura como matador un tal Elías Marín, por apodo «Liborio el Encantado», haciéndose constar, además, para el mayor éxito del reclamo, que se trata de un ex músico del Regimiento de la Reina.
Como quiera que todo esto coincide, de modo que no deja lugar a dudas, con la denuncia que se nos hizo y como el tal individuo, según se nos dice, es un anormal, esperamos de la nunca desmentida bondad del caballeroso Gobernador señor la Serna, quien seguramente no ha sido debidamente informado, que no permita que tal espectáculo se efectúte, librándonos de este modo de presenciar un suceso, que si a muchos había de hacerles reír a mandíbula batiente, a otros, en cambio, les avergonzaría, por bochornoso y cruel, y tal vez a algunos les haría brotar las lágrimas de sincero sentimiento.
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