Etiqueta el G. Belmonte Müller

A Cloris

(Horacio. Oda XV-Lib. III.)

Oh infiel esposa de Ibico;,
cesen de tus amores los escándalos:
con un pie en el féretro,
alternar con doncellas no te es válido,
ni como nube tétrica
debes cruzar entre luceros plácidos.

Lo que a Fóloe da mérito,
en ti resulta, oh Cloris, antipático.

Si tu hija, como lúbrica
bacante, al son de los timbales clásicos,
buscando a esquivos jóvenes,
rompe las puertas; si en su amor volcánico
por Noto siente el júbilo
de una cabra lasciva acariciándolo;
está en tiempo a propósito.

Más tú junto a Luceria, el vellón cándido
debes hilar solícita,
pues a tu edad el huso es lo más práctico,
y no el laúd erótico
ni las purpúreas rosas, ni los báquicos
festines en que apúranse
hasta el fondo las cráteras de Másico.

G. Belmonte Müller



A mi lira

(Horacio Oda XXXII, Lib. I.)

Más cantos, lira mia, te piden y quisiera
ya que te alegré, muy niño, las selvas con tus sones
hoy en latinos metros lanzar nuevas canciones
que en mi pais viviesen un año o dos siquiera.

Tus cuerdas recibieron la inspiración primera
de aquel hijo de Lesbos que en bélicas acciones,
o al conducir, luchando con rudos aquilones,
su nave al puerto, alzaba su voz sensible o fiera,

Y a Baco y a las Musas y a Venus y a Cupido,
que le acompaña siempre, cantó de amor henchido,
y a Lico el de cabellos tan negros cual sus ojos.

Oh lira; honor de Apolo, que alegras los festines
de Júpiter y al hombre disipas los enojos;
ven, y ojalá a pulsarte con gloria me destines!

G. Belmonte Müller